UN GOLAZO DEL PORTUGUÉS FUE SUFICIENTE PARA DOBLEGAR AL OPORTO
Cristiano Ronaldo ejerció de Balón de Oro en Do Dragao para dar a su equipo el pase a las semifinales de la Champions. En un partido con poco juego y menos historia, el portugués decidió con un golazo en el minuto seis. Nadie le encimó, se preparó el disparo y soltó un derechazo desde unos 30 metros que entró por la escuadra de Helton. Hizo lo que se le pide a los cracks, es decir, decantar la eliminatoria. El resto del choque fue un ejercicio de control del United, que no arriesgó ni una pizca. Al Oporto le faltaron todos los recursos que mostró en Old Trafford.
El United jugó como a él le gusta, marcando el ritmo del partido. No fue un ritmo para nada espectacular, sino uno que impidió al Oporto explotar sus virtudes. Para colmo, cuando mejor estaban los portugueses, recuperándose del golpe que supuso el tanto, llegó la lesión de Lucho González, la brújula del equipo. Se dolió el argentino de forma llamativa, por lo que la lesión puede ser grave. En la rodilla, además. Justo antes de ese desgraciado lance, el Oporto había tirado algún centro por derecha e izquierda. Comenzaba a dar señales de vida, pero el cambio del argentino volvió a tumbarle.
El United se creció y tuvo dos claras ocasiones antes del descanso, sobre todo una de Vidic, que perdonó en área pequeña. En el segundo acto, el United especuló en exceso, jugó con fuego y pudo quemarse. Rolando (que no Ronaldo) tuvo un cabezazo en un córner y Lisandro empalmó demasiado flojo un buen centro de Mariano. Cualquiera de esas dos ocasiones podía haber castigado a los ingleses, demasiado conformes con el 0-1. No es la primera vez que Ferguson lo hace en la Champions.
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