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Su recuerdo, su legado, ha quedado en el fútbol nacional
Libró batallas dentro y fuera de la cancha, fue un guerrero que se entregó por el fútbol; en los últimos meses su lucha fue contra el cáncer, el cual hizo que ayer por la tarde dijera adiós a sus seres queridos y al fútbol salvadoreño, que pierde a una leyenda.
Raúl "Araña" Magaña, el gran portero salvadoreño durante los años 70 y 80, entregó ayer su alma al Creador, no sin antes dar su última batalla: un cáncer gástrico que cortó su ejemplar vida a los 69 años.
"El gran salvadoreño", como también se le conocía, fue uno de los pocos futbolistas criollos que traspasó las fronteras patrias por su gran juego bajo los tres palos, así como por su calidad humana.
Magaña supo lo que quería desde un inicio, ser uno de los mejores cancerberos salvadoreños, y lo logró: jugó en Guatemala y Canadá; formó parte de la Selección Nacional y equipos locales que le permitieron enfrentar al "O Rei" Pelé, con quien se enfrentó en dos ocasiones.
Ese roce y su visión futbolística le llevaron a formar su carrera como entrenador; además, durante mucho tiempo "Araña" Magaña representó al país en la Concacaf y como miembro FIFA.
un roble
La tenacidad con la que enfrentó la vida y sus dificultades fue sorprendente y admirable. Los que compartieron sus conocimientos lo llamaron "un ejemplo" y "un consejero del fútbol".
Este deporte fue para él un fundamento en su vida, como dijo su amigo y compañero Mauricio "Pipo" Rodríguez: "Él vivió de y para el fútbol... de los pocos profesionales, de las pocas personas que se entregó por el fútbol".
Su capacidad de criticar y defender los intereses del fútbol, con fundamentos, casi le cuesta no participar en el Mundial de México 1970, ya que denunció un robo en la Fesfut.
Eso caracterizó en los últimos años al ex portero santaneco, ya que fue uno de los críticos -pero propositivos- del fútbol salvadoreño; su visión estaba alejada de los intereses de unos cuantos por los de la mayoría... de los que amaban el fútbol, igual que él.
Las batallas
Magaña se mantuvo firme, hasta el final, con sus principios; gracias a él, el objetivo de ver al Atlético Marte en la primera división se hizo realidad.
Fue el técnico, directivo y hasta mercadólogo, un todoterreno para el cuadro bombardero, que hace cinco años estaba abandonado en la Segunda División.
Con el amor por el fútbol que lo caracterizó, y siempre por su forma peculiar de decir las cosas, simples y directas, "Araña" Magaña vio ascender a su equipo a la liga de privilegio.
Sin embargo, meses atrás de estar a punto de conquistar esa gran hazaña, "el gran salvadoreño" comenzó a padecer de un cáncer estomacal.
Su valentía le llevó a afrontar la enfermedad con coraje y responsabilidad, preparando a su familia -y a sí mismo- para el viaje a la gloria final. Tuvo altos y bajos mientras el cáncer progresaba desde hace varias semanas; el ambiente del fútbol velaba por su estado de salud. Hasta que ayer, a eso de las 5:00 p.m., entregó su alma al Todopoderoso. Paz eterna para una de las máximas glorias de nuestro fútbol.
fuente EDH
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